Adolf

Después de tantas barbaridades,
vejaciones, secuestros,
torturas, asesinatos,
inmolaciones, hecatombes,
gas, bombas, metralla,
millones de sacrificados por la nada,
decide pegarse tiro en la cabeza.

Ya era hora.

Está sola

A la chica más guapa
del mundo nadie la besa.

Todos la miran,
nadie la mima,
todos la desean,
pero nadie se le acerca.

No se atreven,
demasiado bella.

Y ella está sola.

Y por desgracia
muere olvidada
y abandonada.

Las mentiras no mienten

Las mentiras por si solas
son del todo inofensivas.

Es el hombre macabro
quién las utiliza
con malos fines.

Queda claro

La soledad
es la mejor
consejera.

Dios estuvo solo
cuando decidió
crear el mundo.

Igual el Destripador
cuando rebano el cuello
a sus pobres putas.

Sade y Cervantes
escribieron
sus mejores obras
en la oscuridad
de una prisión.

(…)

La soledad
es la mejor
consejera.

Piensa en ellos

Lo deseaba con todas sus fuerzas
y no fueron suficientes.

Después de estrellarse a posta
y a cien por hora
contra el poste de la cuneta
el airbag funcionó
con demasiado empeño.

Quedó tetrapléjico.

Y se pasó el resto de los días
pensando si hubiera sido mejor
no haber intentado acabar con su vida,
puesto que su hazaña solo consiguió
destrozar a su familia.

Preocupado

Está preocupado.

Nadie le toca.
Nadie le habla.

Va solo al cine.
Solo al parque.

En invierno
cuando la nieve cae
intenta esquivarle.

Y en verano
ya ni los mosquitos
se atreven a picarle.

Está preocupado.

Nadie le mira.
Nadie le escucha.

Entra solo al mercado.
Solo por la calle.

En primavera
las alergias
se le escapan.

Y en otoño
las hojas, las castañas,
prefieren reposar colgadas.

Quizás es él quien
debiera colgarse.

Suspira, está preocupado.