Tú y tu débil corazón

Sé que tu débil corazón
tiene una edad de 40 años
siendo tú tan joven, hermosa.

Es por eso que yo castigo el mío
abusando con descaro de la bebida.

Quiero darte de la mano
cuando llegue nuestra hora
y cruzar juntos el umbral
hacia un nuevo mundo
menos nauseabundo.

Una cena en el ano

imaginaos una familia unida
cenando
en una mesa copiosamente alimentada
mucha comida y bebida
para dar y tirar
comer y vomitar
hablan fervorosamente
discuten ríen
un plagio de día festivo señalado
sentados todos
en diferentes sillas
singulares barreños inodoros
escusados evacuatorios
y ellos felices
y afortunados
regocijándose exhalando
excretando
produciendo una dulce fragancia
con vino herrumbroso
se deleitan
y cuando salsa quieren
chupándose los dedos
de papel higiénico
pintan y decoran
su pollo
asado

Ellas

y al final solo y acabado estás
sin compasión
sin confesión
un perro en la carretera
tirado tumbado dormido
su último aullido ya ha sido escuchado
y resonará eternamente
reflejando luz en las estrellas
dínamo estelar máquina en movimiento

todas las personas deberían saberlo
la vida se teje
creas gozas pierdes
los auténticos tesoros
nunca tienen dueño
las puedes ver y oler
tocar y escuchar
momentáneamente fugaz
como las puntas de los lápices de carbón
abruptas pasajeras
oscuras transitorias

Armas de caza

¡qué agraciados son tus labios de franela
adornados con pinceladas de carmín
encendido rojo natural no crepuscular
de infinitas combinaciones!

¡y tus candiles de vida
recónditos retocados
por sales púrpuras
que reflejan al mirarte
la profunda aguja
que da paso a su hilo!

¡tu pálida luna llena
cubierta de oro en polvo
duro y a la vez esponjoso
que estremece tu esbeltez
y la reafirma eternamente!

¡siempre quise armas de caza
para probarlas o catarlas!

¡como redes en la mar
con sus peces en el agua
vida dan e independencia!

(perdóname y
dame un momento
que pronto vomitaré y
podré mirarte
de nuevo)

El castigo

Cuando llegué ya había hecho de las suyas,
así que decidí darle un buen castigo.

Me bajé los pantalones,
cogí su cara peluda,
la acerqué a mi culo
y solté una ventosidad.

Pero el castigo fue demasiado lejos,
mi pedo iba con cola.

Su cara blanca se volvió marrón
y hasta yo tuve que alejarme
al evidenciarse aquel hedor.

Al gato no pareció
preocuparle demasiado.

Y empezó a lamerse la cara
como quién se la lava
con el agua caliente del grifo
al levantarse por la mañana.

El libro

la inexplicable esencia
de un cuerpo
muerto
entre sonrosadas rosas

la retrospección eterna
de un monte
con su bosque
su árbol
su rama
su hoja
cada pedazo de pepita

miles de hilos
dibujados
expresados
bordados

el buen vaso de vino
vigoroso
sedoso
goloso

buitres carroños carroñeros
sobrevolando tiempos vividos
escenificados
por translúcidas marionetas
móviles sin gotas
de lluvia de abril
arrimándose al desnudo techo
de sus antepasados poetas
de arriba a abajo
desafiando la gravedad
acentuando la gravedad del asunto

la manzana podrida
abandonada sin compasión
por un gusano egoísta

el magnetismo entre
dos corazones
igualmente enfermos
que equivale al deseo puritano

como polvo de ventana van cayendo
dando coraje a nuestra ánima

al atardecer mirando
al mar y el sol
en su continua batalla
para reinar ese idílico mundo
contado por él

lo abrí y
empecé a leer

El terror

El terror se acerca.
Me acecha como una abeja
a una flor de primavera.
Gateando, babeando,
aprendiendo, orinando.

Mi escuálido interior
intenta cerrarse, defenderse,
pero no lo consigue.
Como un buque de guerra ardiendo
que entre obstáculos navega
se hunde profundamente.

Y mientras yo sigo
hundido en el océano,
como una araña ahogándose
en una cuba de vino,
él, el terror,
jugando en su cuna, durmiendo,
llorando y riendo,
crecerá
hasta ser un yo
y morir en el intento.

Lo merezco

Ya no puedo andar,
ni comer,
ni pensar,
ni lo que muchos consideran
lo más importante,
vivir.

Sólo escribo esto con la sana esperanza
de que me des lo que bien merezco.

He estado muchos años cuidando a los muertos,
permite ahora que sea otro
quién cuide de mí.

Tu retrato encima la mesilla de noche

Me he dado la vuelta
y he tocado algo.

Parecías tú,
pero no.

Sólo era tu retrato
encima la mesilla
de noche.

Amb la foto us la foto

Mireu bé aquesta foto.
És maco, oi.

El gatet estirat, tranquil,
damunt un cor de color rosa,
ell tot tan blanc gris,
ratlla la cursileria.

Reposa estàtic,
fa el seu son.

Ulls tancats,
nas escapçat,
molt bufó,
entendreix el cor.

Llàstima que la veritat
canvia les coses.

Aquest gat,
en realitat
i ho dic de veritat,
és ben mort.

Amor por 16,25 EUR

Allí la vi por primera vez.
De pie, con su vestido rojo
y sus gafas.
Inmóvil.

Sólo ella podía ser
la mejor amante.

Sin llevarla a fiestas,
ni a pasear,
ni a comprar,
ni a estúpidos cines
con estúpidas películas.

Sin discusiones,
sin mentiras.

Entré y pregunté:
¿Está en venta?
Luego salí.

Había conseguido
mi maniquí.

Mi único deseo

Te daré lo que me pidas.
Tomaré en mano lo que haga falta.

Si quieres te doy mi alma.

A cambio sólo te pido
que me concedas la muerte.

Egoisme

Les persones passen de tot,
només pensen en ells mateixos,
crida un noi molt enrabiat
pel mig del carrer amb el seu mòbil.

Es veu clar quan un és el perjudicat.
Però quan es trobi a l’altre costat
segur que la història canvia.

Casualidad

Justo antes de salir
se ha sentado en el retrete
con un libro entre las manos
y ha leído una poesía
sobre lo repugnante que resulta
la aglomeración de la gente.

Qué casualidad, ha pensado.

Precisamente hoy tiene que ir
a la gran capital
y tendrá que soportar
la pesadez de la multitud.

Los buenos libros,
con su vil reflejo de la sociedad,
pesimista, preciso y acertado,
nos muestran con habilidad
lo que nos depara el futuro.

Algo sutil

intensamente estaba yo
sumergido
como la economía
las estrellas
o los peces
con A.G. y una cerveza
(sutiles momentos de
una generación medio vacía)
cuando mis pies
humildes como oídos sin sonidos y
cielos sin sordas
quejándose estaban
de un escalofrío
percibido

suerte que sin esperarlo
como un perrito `
trayendo el periódico
sobre el suelo
descansaban
mis queridos
calcetines

Moltes gràcies

Anaves tota despullada
quan miraves amagada,
des del balcó,
la gent del carrer.

No eres gens conscient
de la teva deshonesta proposició,
però jo la vaig acceptar de bon grat.

Vaig prendre seient.
Vaig enfocar bé els meus binocles
i em vaig descordar els pantalons.

La resta descansa en pau,
ben embolicada,
en un paper de wàter
que vaig lleçar poc després
de tirar la cadena.

Només et volia
donar les gràcies.

Vampiro

Aspiro ser tu vampiro.

Tocar tu sangre
con mis uñas afiladas.

Olerla, tomarla,
sangre como buen vaso

de vino tinto.

Suspiro por ser tu vampiro.

Nunca pensé que algo así me sucedería

habíamos terminado ya y
yo seguía tumbado
en mi cama
con mi cara
con mi cuello y
cigarro en mano
admirando
sus cabellos
sus senos
sus labios

sacó sus tobillos por la ventana y
observó

vehemente e inexpresiva
su mirada reflejaba
las ramas desnudas de los árboles
que alcanzaban la oscuridad creciente
de la noche temprana

de pronto
mi amigo
el viento
sopló

había perdido a otra mujer

Los causantes

No tengo nada contra los piratas.
Ni contra el mar y sus olas.
Nada contra las barcas.
Ni los lagos en celo.
Ni el agua que todos toman para no morir.
Y sus peces. Pobres. Bastante tienen ya buscándose la vida.
Ni tan sólo contra las gaviotas que surcan el mar. Ratas con alas.

No soy rencoroso.

Por eso me aparto de ellos.
Por eso busco tierra.
Aunque ésta sirva de abono.

Pero sí sé
que todos ellos
causaron tu muerte.