08 d’agost, 2010

Monstruosa menstruación

Se levanta con toda la sábana manchada,
como si alguien durante la noche la hubiera apuñalado
sin piedad en medio de todo su ser.

Corre al baño dejando huellas rojas en el mármol.

Se mete en la ducha y el desagüe se lleva parte de ella
mientras intenta recordar algo que ha soñado durante la noche.
No recuerda demasiado bien qué era, pero era algo rojo.

No se aguanta y se mea en la ducha.
La lluvia dorada parece un vino rosado.

Se limpia sale, se seca y se viste, no le apetece peinarse.
Está de mal humor, le duelen los ovarios
y sabe que pronto volverá a estar sucia.