14 de juny, 2007

El cuerpo

Me duele que creas que no pienso en ti.
Me duelen los ojos cuando paso algun tiempo sin verte.
Cuando no puedo tocarte mis manos tiemblan y luego sangran y no sienten nada tocando todo lo demás.
Caen mis piernas cuando no caminan junto a las tuyas.
Se me va el hambre. No tengo sed si no puedo besar tus labios, piernas...
Cae una lágrima de mis ojos y
cuando da con el suelo cae un arbol sobre mi pecho.
Tu ausencia es el árbol que me ahoga sin necesidad de agua.
Estoy en un desierto muerto sin ti.
Urge tu encuentro.









Camino descalzo sobre yedra venenosa y
no me siento los pies.

Cuando me sumerjo en un río
mi cuerpo sale distinto
mugriento.

Mis ojos se vuelven ciegos
observando el cielo y sus estrellas.

Frío es el tedio que padezco
al besar unos labios.

Oigo al viento pedir lo que le falta y
no tiene nada.
Ni pausadas notas conducidas por un mal esgrimidor.

Dejan de expulsar suspiros de polvo azulado
las niñas con sus manos.

Los cuellos se retuercen como pollos de mercado.

Las canas no son una
ni dos
en los cabellos de una anciana
son mil.

Las lenguas se traban
al intentar hablar.

No se doblan ya más las rodillas para
llegar al final de la escalera pues
esta cede destronada.

Se hunden todos los anillos de los dedos
en un mar de fuego.

Un hombre pone su mano en
mi hombro para darme ánimos y
no lo consigue.

Se borran los rostros como tiza
en la pizarra de una escuela.
Y mi corazón sigue llorando desnudo.









No encuentro motivos
que me alejen de tu cuerpo
Tu cuerpo es ya el mío.