06 de març, 2010

Anochecía

Anochecía.
Llevaban horas sentados dentro de aquel tanque y siguiendo a otro.
Sus culos estaban fríos como el metal que les acolchaba.
Intentaban recordar sus buenos momentos.
Hacía ya unas noches disfrutaron de unas buenas cervezas y
después de un brindis se juraron y perjuraron amistad eterna.
Luego se hizo la luz. Los dos ocupantes del segundo tanque
quedaron ciegos al ver estallar el armazón de sus compatriotas.
Sus manos estaban heladas y ya no les salían ni las lágrimas.
Se fue la luz.
Ya otra vez, anochecía.