08 de novembre, 2011

Afortunadamente

Un abrazo de despedida,
la última noche en su cama,
aquella llamada y después la carta,
charlas de madrugada con ron de Cuba,
la inocencia en tu mirada,
perdidos borrachos en aquel bosque
intentando encontrar el coche,
paseando por el filo de la luna llena,
remando con fuerza una canoa,
tardes eternas de filmoteca,
dulces momentos que ya han partido.