03 de desembre, 2008

El sentido de la vida

Pedro cree en el sentido de la vida

y está convencido que todo

lo que no sea vivir al límite

es una nadería.


Isabel asegura que lucir sus

piernas es motivo de vida,

que ver como impávidos

se quedan los gusanos y los albañiles

cuando la oyen cruzar con prisa

una calle, es la alegría del día a día.


Juan está absolutamente convencido,

ser rico es el único motivo

que le levanta a las siete de la mañana,

llueva o no llueva, cada día.


No sufrir insomnio,

no contagiarse,

no pillar un cáncer

chilla Enrique dejándose roja

y afónica la garganta.


Pero no hay nada más equívoco,

el sentido de la vida

uno solo lo alcanza

cuando llega su muerte.