Carne en el carnet

¡Hijos de la gran puta
que murió putrefacta
cual insecto devorado
por una araña nauseabunda
llena de vómitos,
bilis y resaca!

¡Que os den morcilla
y os ahoguen
como a un pato embuchado
y os corten en mil pedazos
vuestras sosas
y pequeñas pollas
y las reciclen
para hacer más morcilla
para ahogar de nuevo
a vuestros nuevos
hijos de la gran puta
(la misma que la de
más arriba) compañeros!

Si aún lo tuviera
cogería mi carnet
y lo usaría de cuchillo
para cortar vuestros
corazones descorazonados
y los freiría con sal y pimienta
para dar de comer
a los gatos de la calle.

Y a vuestras mujeres e hijos,
mejor no lo comparto,
no lo merecéis,
me guardo para mí
lo que de buen gusto
les haría.