29 de setembre, 2007

En recuerdo a Sergi

Ayer murió el hermano de uno de mis mejores amigos.
Tenía 22 años y yo le conocía.
Su coche se estrelló con un camión hacia las 8 de la noche.
Los bomberos tubieron que abrir el coche
como si de una lata se tratara.
Decían que tenía un pie más largo que el otro. El cuello partido. Media cara destrozada.
No se afeitaba nunca y jamás nadie sabrá el porqué.
Pues ahora está ya muerto. Aunque cueste creerlo.
Nunca tuvo una segunda oportunidad.
La vida es así de injusta.
Dura.
Limpia. Sucia.
Y demasiado afilada.