11 de juny, 2008

Resaca

El café sabía a rancio.
Tenía dolor de cabeza.
No le entraba la comida.
Afuera solo ruido.
No le apetecía nada de sexo.
No entendía la tele encendida.
Leer no le apetecía.
Los platos estaban por limpiar,
uno a uno encima de la pica.

Se fue a cagar
y su hedor acabó
de chafarle el día.