ve como el paleta entra
en la nueva gran tienda
que esconde tras sus 9 cortinas
un gran secreto.
La puerta queda entreabierta
y ella aprovecha
para cambiar su ruta,
retrocede con poco disimulo
e intenta husmear
qué se cuece ahí dentro.
Alguien le cierra la puerta
en todas sus narices.
La vieja molesta
(en ambos sentidos
de la palabra)
sigue con inercia
su nuevo rumbo
en dirección opuesta,
a la búsqueda,
como audaz aventurero,
de nuevos e inhóspitos mundos.
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