08 de novembre, 2009

Elogio del vino

Beber de noche reconforta,
asusta el tedio frío
que irrumpe por la ventana.

Da collejas de ánimo
cuando a uno no le salen
aquellas palabras.

Inutiliza la mentida
y adormece la ira.

Sociabiliza a los callados.

Acompaña las fiestas de aniversario
o las celebraciones más disparatadas.

Ayuda a olvidar lo que no
se quiere recordar.

Da seguridad en uno mismo
y migrañas que te ahorran
ir al trabajo el lunes por la mañana.

Mejora una cena sosa.

Y entre otras muchas cosas,
es vasodilatador
y encima sabe a gloria.