20 de gener, 2008

El Borracho

Ebrio, abrió la puerta con cierta dificultad.
Su gato le estaba esperando encima
del mueble roto de la entrada.

Dando tumbos cruzó el pasillo
entró en la cocina, abrió el congelador,
sacó dos rebanadas de pan
y las metió dentro de la tostadora.

Fue a orinar y cuando tiró de la cadena,
las tostadas salieron disparadas,
ya estaban listas para ser engullidas.

Untó las rebanadas con tomate,
añadió sal y aceite y las acompañó
con un poco de jamón curado
y media caña de cerveza,
así seguro que no se atragantaba.

Llevó el plato con las migas a la cocina
y de postre se tragó la yema de un huevo crudo.

Se desnudó en el comedor
y entró en el dormitorio
donde dormía su mujer
sin hacer demasiado ruido,
no quería que ella se despertase.

Puso el despertador a las 8,
ahora eran las 3 de la noche,
mañana tenía que madrugar
para ir a trabajar.

Dio un buen trago de agua,
se metió en la cama
y se acurrucó apoyando
el lado derecho de su cara
en la almohada.