Él empezó hablando de su mujer,
que la quería, que todo iba bien
pero que algo fallaba o faltaba,
como siempre.
El otro en cambio hablaba de su
necesidad de salir y emborracharse
hasta que su cuerpo se empeñó en vomitar
delante de la misma barra,
con esa chica guapa y tonta que sirve
mirándole asustada,
esa era la señal.
Los dos sabían de sobras
que en aquel preciso instante
la noche se daba por terminada.
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