22 d’agost, 2009

Antaño era otoño

Hace ya tiempo que no surcan los mares
las velas calmadas de los barcos
sin piratas al acecho.

Ya no recuerdo aquella frase,
aquél chiste, que calmaba las iras
de los mal llamados seres humanos.

Hace ya demasiados años
que te dejé en aquella esquina
por otra chica
que más tarde cambié
por una gabardina amarilla.

Parece mentira pero solo ayer
escuchaba tus verdades.

Demasiados días sin sentir alegrías,
sin charlar a solas con desconocidos,
sin paseos tranquilos al borde de un río.

¡Que caigan de una vez por todas
todas las hojas de los árboles!

Uno se añora,
antaño, en otoño.