28 d’agost, 2009

En mi pueblo, cuando hace frío

En invierno, en mi pueblo, cuando hace frío,

la ropa del tendedero queda tiesa

como un bacalao viejo y seco.


Quien la recoge la golpea contra el suelo

para que el hielo caiga hecho añicos

y las prendas se movilizan.



Quien se pone luego el jersey

nota el frescor que congela sus huesos

y se apresura al hacer sus tareas.


Las calles secundarias cubiertas de nieve

dificultan el paso de los torpes automóviles

que se atreven a circular sin cadenas.


Los zapatos más viejos se empapan

al dejar sus huellas marcadas en el suelo

y dejan que el agua filtre y moje los calcetines.


El muñeco de nieve va sonriendo

a medida que el niño va trazando

su helada boca con el dedo.


Más tarde la calidez del fuego del salón

calentará los pies resfriados del abuelo

mientras da un buen trago de vino.