12 d’agost, 2008

Desastre de sastre

Las calles andan sucias, predica el viejo,

y además no se distinguen bien las señales,

cuando bajo los peldaños del parque

mis pies tropiezan, la escalera

está hecha de rocas rotas i descantadas,

el suelo es la basura que alberga

toda la gama del reciclaje,

los semáforos a menudo mienten

y se pelean con unos urbanos aficionados.

Llevo hace años

este traje anticuado, continua el abuelo,

y he ahorrado lo suficiente

como para comprarme uno nuevo,

pero no me decido, no hay manera,

mi alrededor es un desastre

y más que yo, es el mundo

quien necesita un sastre.