06 d’agost, 2008

Modus vivendi

Uno nace y aprende del mundo que le rodea.

Cuando crece se forja unas amistades

que espera sean duraderas.


Estudia para conseguir un buen trabajo,

encuentra al amor de su vida,

se hipoteca y consigue una casa

que pronto llenará de hijos

que remplazarán a gritos

la primera familia perdida.


Así se cierra el círculo.

¿Y luego qué?


Sólo queda esperar

a que la muerte llegue

para que todo este maldito

juego termine pronto.


Y es por eso precisamente,

que los más impacientes,

a menudo, recurren al suicidio.