24 de novembre, 2007

El único Dios

Bukowski, a menudo das asco.
Te escribo sentado en el wáter
con un libro tuyo entre mis manos.

Insultas a poetas mediocres,
creyéndote tu un gran Dios, el elegido.

Y elevas a otros grandes poetas
según tu vulgar opinión.

Sin embargo, nunca me has hablado
del gran Fonollosa.

Quizá pueda, entre tu basta obra,
encontrar algún poema bueno,
algún relato interesante,
una novela acertada,
pero la gran mayoría de ella,
casi toda,
apesta como tu aliento
después de abusar del vino.

Tu, Chinaski, como los poetas mediocres,
has sido un desgraciado.

Sólo te hace distinto
la suerte de que algún imbécil
se fijó en tu obra
en el momento oportuno.

Estás muy lejos de ser un Dios.
Como todos, eres insignificante.

En el mundo moderno
sólo existe un Dios
que por desgracia o ignorancia,
tu, nunca conociste.