12 de novembre, 2007

La juventud y su futuro

Aquí, en este barrio, los chavales de 10 a 15 años se matan entre ellos.
Nunca se llega a saber la razón de dichos actos.
A los padres parece no preocuparlos.
Los policías pasan su tiempo persiguiendo a alguno de ellos.

Las autoridades no saben qué hacer, en verdad es un grave problema.
Si siguen a ese ritmo los barrios perderán densidad.
Quizás la ciudad desaparezca, están pensando.
La violencia juvenil va proliferando.

Se habla de ello en los periódicos, en la radió y tele.
Nadie parece entender que probablemente, como siempre,
el problema empieza por la familia
que mima en exceso a sus hijos ya desde la infancia.

Del padre sentado en el sofá viendo el futbol delante de una cerveza,
de la madre amargada que pega y grita a un niño asustado,
del hermano mayor que compra al menor un paquete en el estanco
del barrio o cosas todavía peores que mejor no mencionar.

En horas de clase es fácil ver a menores de 13 años
fumando un canuto de marihuana en la escalera de una casa,
terminando una cerveza en el patio de la entrada
o corriendo campo a través con lo que ha robado entre sus manos.

La juventud de hoy en día escasea en valores y educación.
Hay quién no lo sabe por indiferencia
y hay quién desvía la atención a otros quehaceres
que según su opinión son de mayor importancia.

Los más pesimistas, quienes acostumbran a tener la razón,
saben que es un problema de difícil solución
y se limitan a pensar, si el chaval ya es así de pequeño,
como llegará a ser cuando sea mayor.