02 de maig, 2008

La vecina

La vecina de arriba abre las puertas de su balcón
y empieza a cantar a viva voz.

Nosotros estamos comiendo justo debajo
acompañados de un filo hilo musical.

Por unanimidad decidimos apagar la radio
y darle una oportunidad a la nueva inquilina.

En efecto, tiene un chorro de voz,
aunque está por depurar.

Tiene un largo camino por delante
si quiere llegar a ser alguien.

Cuando termina la segunda canción,
todos los comensales aplaudimos.

La vecina nos oye y deja de cantar,
supongo que bastante ruborizada.

La pobre chica aún no está preparada
para las grandes masas.

Otra vez será.