19 de desembre, 2007

El ruido furioso de las olas en la noche

Me gusta ver el mar,
el ruido furioso de las olas en la noche
intentando apagar a la luna llena.

Él apenas escuchó sus palabras.
A su alrededor no había nadie y
miraba fijamente como la brisa marina
ponía la piel de gallina a su bella presa.

Ella sintió sus frías manos en sus pechos.
No estaba preparada para ello y
se quitó con rabia las zarpas de su cuerpo.

A él no le gustó aquel atrevimiento.
No existía aún mujer alguna
capaz de rechazar su oferta y
molesto la agarró con fuerza.

Ahora era el mar
quién miraba angustioso la escena y
el ruido furioso de las olas en la noche
solo apagó los sollozos
de aquel incendio
originado en la arena.