01 de desembre, 2007

Como un anciano haciendo su cola diaria en un supermercado

Salió sin muchas ganas de ir
después de recibir su llamada.
Habían quedado para dar una vuelta,
ya sabes, pasear como hacen
las personas desocupadas.

No había avanzado nada de su guión
durante la mañana
y mientras iba de camino
maldecía no haber rechazado aquella cita.

Se encontraron, pasearon, charlaron,
en definitiva, perdieron el tiempo,
y más tarde se despidieron.

Volviendo a casa vio un puente,
hecho de maderos gastados,
donde cruzaban unos niños corriendo.

Aquello le inspiró una pequeña historia.
No tenía nada que ver con su guión inacabado,
pero al menos, al llegar a su casa,
ya no sintió aquella sensación
de haber estado perdiendo el tiempo.