04 d’abril, 2007

Abandonado


Ahora que no estás
yo ya no siento nada,
nada merece importancia.

Y ahora que no estás,
que te has ido lejos,
sin avisar,
sin una nota,
ni un mensaje
o una triste llamada,
me dejaré caer,
como una hoja
al terminar el verano,
esperando y suplicando
que sea dura la caída.
No quiero volver
a levantarme.

De nada sirve,
otra vez,
intentarlo.

Vagaré como un borracho
que pierde su casa,
liquida su última botella
y, sin rumbo,
dando tumbos
a la deriva,
se estampa
contra el suelo frío
de una noche eterna.